sábado, 1 de septiembre de 2012

Conexión de Espíritu y Medio Ambiente a través de los Cuencos Tibetanos.

El Origen e historia de la terapia cuencos tibetanos (Este blogg de hoy se lo dedico a un gran amigo al que aprecio mucho y me comentó sobre los cuencos, Mario Enrique Guzmán)

Según el gran maestro bodhisattva tibetano Gwalwa Karmaza, los cuencos cantores del Tíbet emiten el sonido del vacío, que es el sonido del universo manifestándose. Son el símbolo de lo incognoscible y como aleación datan de la época del buddha histórico, Shakyamuni (560 - 480 a C.)
Tradicionalmente los cuencos tibetanos se utilizaban para la
meditación y la sanación en los monasterios de monjes.


El Sonido de los Cuencos Tibetanos ayuda en:
  • Rápido logro de una relajación profunda.
  • Suave masaje y armonización celular.
  • Alivio del estrés y la ansiedad.
  • Mejora la concentración.
  • Mejora la creatividad.
  • Mejora la visión (física, mental y espiritual).
  • Equilibrio de los hemisferios cerebrales.
  • Restablecimiento del equilibrio del sistema endocrino.
  • Fortalecimiento del sistema inmunitario.
  • Alivio de la sinusitis y los dolores de cabeza.
  • Estímulo de la actividad de las ondas alfa o meditación profunda.
  • Aumento de la energía por medio de la estimulación del líquido cefalorraquídeo (posiblemente la forma física de la energía kundalini).
  • Equilibrio y limpieza de los chakras y del aura (y los órganos y glándulas correspondientes).
  • Limpieza del entorno.
  • Fácil acceso a la intuición y a la conciencia superiores.


Es un masaje sonoro realizado con estos instrumentos metálicos (cuencos tibetanos)
Se utilizan golpeándolos o frotándolos con una baqueta y producen un sonido cargado de armónicos de naturaleza sanadora.
El paciente se recuesta en una camilla, cierra los ojos, y se concentra en el sonido que produce el terapeuta al tocar los cuencos tibetanos.
Los cuencos son utilizados como guías en ritos ceremoniales, viajes astrales, el despertar de la conciencia y en la curación de enfermedades tanto a nivel físico, psíquico, mental, emocional y espiritual.Están compuestos por una aleación de siete metales: plata, oro, mercurio, estaño, plomo, cobre y hierro. Forjados de forma artesanal.
Toda terapia basada en el sonido, se basa en el principio de resonancia, por el cual una vibración más intensa y armónica contagia a otra más débil, disonante o no saludable.
El principio de resonancia designa la capacidad que tiene la vibración de llegar más allá, a través de las ondas vibratorias y provocar una vibración similar en otro cuerpo. Es decir es la capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra frecuencia.
Las mujeres que viven juntas o que pasan muchas horas juntas acaban ajustando sus ritmos hormonales. El ejército sabe que cuando cruzan un puente no pueden ir en formación, por el peligro de rotura del mismo, por lo que abandonan la formación hasta cruzar. Ejemplos del principio de resonancia.
El sonido modifica nuestras ondas cerebrales, ayudándonos a entrar en otros niveles de conciencia, donde son posibles los estados de sanación espontánea y estados místicos, haciéndonos más receptivos a la auto-sanación.
El tercer factor de la terapia del sonido con cuencos tibetanos, son los armónicos. Cada vez que se produce un sonido aparecen los armónicos, tienen efectos altamente beneficiosos sobre nuestro cuerpo y sobre nuestro campo energético.

El médium Edgar Cayce predijo que el sonido sería la medicina del futuro y esto ya está ocurriendo.
Los grandes expertos en terapia de sonido ya han descubierto científicamente que mediante el sonido se puede conseguir la auto-destrucción de las células cancerosas y la curación de infinidad de enfermedades.
Son un medio maravilloso para equilibrar los chackras y cambiar la conciencia desde un estado alterado de ansiedad y estrés hacia un estado de paz, relajación y serenidad, induciendo estados de sanación espontánea y estados místicos y elevando nuestra frecuencia vibratoria.
Las personas que han experimentado un masaje sónico con cuencos tibetanos experimentan grandes cambios, mayor claridad mental, aumento de la creatividad, mayor concentración, mayor visión de futuro y una gran sensación de paz. 
Existe un espacio de paz en nuestro interior y los cuencos tibetanos nos ayudan a entrar en él,a resonar con nuestra verdadera conciencia y con ese sentimiento de paz y serenidad que todos llevamos dentro.
A nivel físico se utilizan en la curación de cualquier enfermedad; para recargar nuestro sistema energético, para aliviar el sufrimiento y el dolor (incluye el dolor emocional), para eliminar inflamaciones, para estados de ansiedad, angustia, estrés, depresión, tristeza, insomnio, hiperactividad.
Hace que los sistemas biológicos funcionen con más homeostasis; calma la mente y con ello el cuerpo y tiene efectos emocionales que influyen en los neuro-transmisores y los neuro-péptidos, que a su vez ayudarán a regular el sistema inmunitario, el sanador que llevamos dentro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario