domingo, 22 de julio de 2012

Musicoterapia:medicina alternativa que cura sin medicamentos ni inyecciones

Aunque ya los egipcios y los griegos consideraban la música como una terapia curativa, en España hasta época moderna no tuvo apenas acogida. Sin embargo, hoy, por medio de la música se pueden curar desde edades tempranas casi todas las enfermedades no orgánicas. Esto es lo que llamamos hoy musicoterapia.



La musicoterapia es una técnica terapéutica que utiliza la música en todas sus formas con participación activa o receptiva por parte del paciente (Congreso Mundial de Musicoterapia, París, 1999).
Todos sabemos reconocer cuándo una canción nos parece "alegre" o nos parece
"triste". Generalmente asociamos nuestro estado de ánimo a la melodía de numerosas obras de todo tipo. Pues bien, precisamente la musicoterapia recurre a estas melodías como método para curar o reducir diversos problemas de salud.
Algunas técnicas las utilizan los médicos o paramédicos, fisioterapeutas, músicos, ascetas, y otros que cuidan de la salud en diversas profesiones que tienen algo que ver con el ser humano. En algunos países Alemania y Suiza, Francia, Grecia, etc... se practican bajo el control de un médico o autoridades sanitarias
También utiliza el término medicina alternativa, medicina complementaria, medicina natural, medicina dulce o medicina holística a veces (porque algunos pretenden tratar el cuerpo como un todo).
Se basan en la tradición o en algunas prácticas antiguas que han surgido, en general, en el siglo XIX pero antes de la llegada de la medicina basada en evidencia, los medicamentos convencionales no se consideraban como científicos.
La terapia de la música es vieja como el mundo, pero el mundo conoce apenas la musicoterapia.

Aunque la musicoterapia ya se conoce desde la antigüedad, en los años 40 se empezó a utilizar como rama de medicina de rehabilitación o recuperación, que con efectos fisiológicos, afectivos y mentales, contribuían a un equilibrio psicofísico de la persona. Hoy se aplica sobre todo en
desequilibrios nerviosos, influye positivamente sobre el corazón y pulmones, alcoholismo, drogas y sirve como prevención de suicidios, aunque sería necesario estudiar más a fondo este tema.
La musicoterapia actúa como motivación para el desarrollo de autoestima, con técnicas que provoquen en el individuo sentimientos de autorrealización, autoconfianza, autosatisfacción y seguridad en sí mismo. Por ejemplo el canto con o sin improvisación y los coros que proporcionan además el sentido de no sentirse más sólo sino junto a otros iguales. La voz es un arma poderosísima.
La herramienta sonora más poderosa según muchos terapeutas del sonido es el canto. A través de nuestras propias voces, podemos proyectar a la parte enferma sonidos armónicos propios, y devolver a la mente su frecuencia normal. Según John Beaulieu, la entonación de escalas afecta incluso al flujo de la ‘ Kundalini’ de las tradiciones místicas. Tema muy relacionado con los mantrams tibetanos realizados para limpiar los chakras y despertar su energía para alcanzar el equilibrio espiritual y físico.

Oliver Sacks el genio moderno de la musicoterapia
 A lo largo de los años Oliver Sacks se ha convertido en un reputado neurólogo que, gracias a su forma de narrar historias clínicas, ha acercado al gran público esta rama de la ciencia tan intrincada y, en ocasiones, sorprendente. Cualquiera que lo haya leído sabe dónde reside su atractivo, lo que hace que alguien sin conocimientos médicos devore sus libros como si se tratara de cuentos o novelas. El doctor Sacks habla, más que de enfermedades o trastornos, de pacientes (mejor dicho, de personas) y de cómo esa dolencia afecta a una vida concreta. Como un Sherlock Holmes que ausculta la mente, analiza los sentidos y los observa a la luz de las acciones más cotidianas; lo que prima en sus textos es la experiencia de la enfermedad, su mano a mano con quien la vive a diario. Su última obra, Musicofilia. Relatos de la música y el cerebro, aúna dos de sus grandes pasiones: la neurología y la música, que en estas páginas se entretejen en un intento de comprenderse mutuamente. Cómo el cerebro percibe e interpreta la música, cómo ésta es capaz de despertar zonas dañadas de nuestra mente.
La idea de escribir este libro nació en 1966, al descubrir los efectos que tenía la música en pacientes con Parkinson profundo (su experiencia con ellos fue narrada en Despertares). A partir de entonces, Sacks fue recogiendo cada una de las historias personales de quienes, tras sufrir una lesión cerebral o una enfermedad, desarrollaron una particularidad hacia la música.
Lo más llamativo de lo que cuenta el doctor Sacks en todos sus libros es la sorpresa del lector ante la diferencia. Tenemos tan asumidos los procesos biológicos, neurológicos, nerviosos, considerados ‘ normales’ , que nos resulta tremendamente chocante descubrir uno que funcione bajo otras premisas o, sin ir tan lejos, la mayoría de las veces no somos conscientes de lo más obvio.






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