La temperatura de nuestro planeta se mantiene constante entre varios factores debido a la presencia del CO2 (dióxido de carbono). Su concentración es cercana a 0,035% V/V. Junto con el vapor de agua evitan que la mayor parte de la emanación infrarroja del sol
El CO2 se produce naturalmente como resultado de la oxidación (respiración) celular en todos los organismos vivos. Sin estos gases, la temperatura en nuestro planeta sería bajísima e incompatible con la vida.
Este equilibrio empezó a ser alterado alrededor de la década de los 70 por el aumento de la actividad de algunas ramas industriales a gran escala como las de electricidad, petróleo, deforestación y todas aquellas que emanan ciertos gases al exterior. Los gases como el CO2, ozono y otros absorben la radiación infrarroja que desprende la tierra de los rayos solares. Algunos por lo tanto quedan atrapados en estas moléculas absorbentes en vez de retornar al espacio exterior. Por lo tanto esta acumulación hace que se eleve la temperatura y genere el calentamiento global.
Este fenómeno de efecto invernadero ya era conocido a principios del siglo XX pero como la temperatura no variaba se desestimo. El aumento de la temperatura y el consecuente calentamiento global traerá como resultados una serie de desastres ecológicos si no se detiene a tiempo. Por un lado podemos decir que muchas especies podrían desaparecer por la variación de la temperatura promedio y por otro el derretimiento de los polos que ya está siendo evidente y el consecuente aumento del nivel del mar provocado inundaciones a gran escala.
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